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Cómo cambian las cosas…
El viernes pasado el Ministerio de Hacienda comunicó que para el 2020 el presupuesto del Gobierno Central será de 10,5 billones de colones.
La buena noticia es que representa una reducción del 4,3% con relación al presupuesto del 2019, que supera los 10,9 billones de colones.
Otro tema a tomar en consideración es que el 48% del presupuesto será financiado con deuda; al contrario de lo ocurre con el presupuesto vigente en el cual se financia más a través de la deuda que por ingresos tributarios.
De esta manera, quedan cerca de 5 billones de colones a financiar, siendo que los otros 5,5 billones de colones llegarán por las recaudaciones tributarias. Es posible que una parte de este monto se logre canjear y otra parte se financie mediante otros mecanismos externos, incluyendo un posible nuevo tramo de eurobonos con un monto similar al que actualmente se tiene para negociar, o sea, unos US$1.500 millones o casi un billón de colones.
Si se logra canjear un monto similar al de este año entonces hablamos de otro tracto cercano al billón de colones. Solo habrá que financiar con deuda cerca de 3,5 billones de colones durante el año 2020.
De ser así los requerimientos semestrales del ente fiscal serán ligeramente superiores a los que se anunciaron tanto para el primer como para el segundo semestre. Durante el 2019 los montos fueron de 1, 4 billones de colones. Para el primer semestre el ente fiscal logró captar 2, 3 billones de colones y a estas alturas del segundo semestre ya lleva más de 500 mil millones de colones recolectados por lo que, sin duda, superará la meta semestral hacia el fin del año.
Para el 2019 los vencimientos de bonos representaban un 12,9% del total de la deuda del Gobierno (cerca de 20 miles de miles de millones de colones o un 55% del PIB) y para el 2020 la presión baja pues va a vencer un 7,5%. Como hemos indicado una parte de estos se trasladarán de plazo a través de canjes lo que resta presión al Ministerio de Hacienda; esto en materia de flujo de caja pero no en atención presupuestaria al servicio de la deuda (pago de intereses y amortización).
En cuanto al trabajo previo de gestión de pasivos el ente fiscal ha sido exitoso, de igual manera con las subastas, por lo que tendremos un cierre de año diametralmente diferente al que vivimos en el 2018. Es posible que en los primeros días de diciembre ya todos los empleados públicos tengan el aguinaldo en sus bolsillos. El año pasado la tónica era que no había recursos para pagarlos.
Por lo anterior habrá menor oferta de bonos públicos. Esto significa que las asociaciones solidaristas deben ser altamente eficientes y creativas para buscar inversiones competitivas en los próximos meses, en caso contrario la meta de dividendos anuales quedará comprometida.