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Caos en el mercado petrolero mundial
Para los mercado financieros globales el 20 de abril quedará en los anales de la historia pues concurrimos a un hito sin precedentes. El precio del barril de petróleo de referencia en nuestra zona, el WTI (Wester Texas Intermediate) sufrió un colapso de 304,82%. Aunque resulte increíble el precio cayó en más de US$55 para cotizar en menos US$37,42 (si correcto…un precio negativo).
Para hoy, 21 de abril, continúan las presiones en los precios de los contratos que se entregarán en junio próximo, este precio a su vez ha recortado más de US$6,80 el barril.
Cómo se explica semejante comportamiento en el precio de esta estratégica materia prima? Veamos.
Desde enero pasado el precio del barril de petróleo se comportaba a la baja por el cierre de las economías con el fin de hacer frente a la crisis sanitaria del Coronavirus.
En condiciones normales el Mundo consume 100 millones de barriles de petróleo al día. Se estima que la caída en la demanda alcanza los 30 millones de barriles. La reducción en el consumo es evidente con cerca de 5 millones de barriles menos debido a que los aviones están en tierra. Además, las restricciones de movimiento provocan que los conductores hayan reducido su demanda en unos 9 millones de barriles, solamente en Estados Unidos.
Otro elemento a considerar es que para finales de marzo los países productores de petróleo debían acordar un nuevo pacto para recortar la producción. En primera instancia este no se logró; aunque unos días después lograron llegar a un acuerdo. Este establece que la producción se reducirá en 9,7 millones de barriles al día a partir de mayo próximo. El mercado comprendió que el recorte es insuficiente para la caída en la demanda y el precio del barril continuó a la baja.
Sin embargo, el fenómeno que observamos el 20 de abril obedece a circunstancias propias de los mercados financieros. El petróleo es una materia prima cuyos contratos se pactan para entrega en el futuro. Muchos empresarios que necesitan la materia prima los adquieren pero hay una gran cantidad de participantes que lo hacen con el fin de lograr ganancias o especular. Estos últimos no requieren el petróleo, es más no lo van ni siquiera a almacenar y mucho menos a refinar.
Para el 21 de abril vencían los contratos para entrega a mayo. Al no encontrar compradores para esos contratos el precio sufrió la histórica caída ya reseñada. El exceso de petróleo en el mundo ha saturado los sistemas de almacenamiento. La semana pasada se informó que en Estados Unidos los inventarios subieron un 48% hasta los 55 millones de barriles. Por otra parte, las capacidades de almacenamiento están topadas. Es más, se estima que hay tanques flotantes en el mar (buques cargueros) que acumulan más de 160 millones de barriles.
De no solventarse el problema de sobreoferta de petróleo es posible que en los próximos meses se presenten situaciones similares a la vivida. La OPEP tiene planeada una reunión para los próximos días y se estima que deberán hacer un recorte más amplio en la producción.
Para el caso de Costa Rica el efecto se antoja favorable. El año pasado el barril de petróleo promedio US$60 el barril. La factura petrolera del país fue de US$2.800 millones o un 16% de las importaciones totales. De mantenerse los precios cercanos a US$20 el barril durante este 2020 el pago se reduce a una tercera parte del anterior. Esto augura pocas presiones en el tipo de cambio.
La esperanza para el sector petrolero estriba en la recuperación de la demanda. Esta se dará cuando las medidas de confinamiento se flexibilicen. Para ello el Mundo debería tener controlada la crisis sanitaria. Todo parece indicar que aún falta tiempo para eso.